Las fábricas del futuro: impulsando la industria 5.0 en aras de la resiliencia del sector
Como casi todas las industrias, el sector de la fabricación se ha visto afectado por la pandemia del COVID-19.
Según Kearney, más del 75% de la producción global se ha visto directamente afectada por la crisis.
A medida que el mundo se ha enfrentado a las oleadas de casos, cierres y restricciones de desplazamiento.
Los fabricantes han tenido que lidiar con interrupciones en las líneas de producción y las cadenas de suministro.
Lecciones aprendidas durante la COVID-19
Los fabricantes se enfrentan a retos variopintos y complejos.
Las consecuencias de la pandemia han dejado claro que las cadenas de suministro son demasiado complejas.
También que a menudo dependen de una única fuente de suministro.
Los fabricantes ahora buscan reducir la complejidad y aumentar la agilidad de las cadenas.
Para adaptarse a las nuevas circunstancias, necesitan ser capaces de añadir flexibilidad a las actividades de suministro, producción y distribución.
Conforme los fabricantes vuelven a trabajar en la nueva normalidad, las medidas de distanciamiento social y la seguridad de los empleados siguen siendo importantes.
Teniendo esto en cuenta, Gartner estima que la mitad de los trabajadores seguirá sin poder realizar su trabajo in situ.
Para mantener un ritmo de producción competitivo en la era postpandémica.
Las oficinas y fábricas deberán adaptarse al trabajo a distancia y a la fabricación automatizada.
Sin embargo, el mayor riesgo reside en lo desconocido.
Futuras pandemias, catástrofes naturales y ciberataques pueden volver a alterar significativamente.
Afectando el comportamiento de los consumidores, los suministros y los procesos de fabricación.
Durante la COVID-19, las empresas más resistentes pudieron adaptarse en un abrir y cerrar de ojos.
Modificando sus líneas de producción para fabricar equipos de protección individual (EPI), mascarillas y otros elementos esenciales.
Y aunque no todas las fábricas pueden o necesitan cambiar de una forma tan drástica.
Aumentar su flexibilidad de cara a futuras crisis parece la opción más inteligente.
Prioridades digitales para unas fábricas y cadenas de suministro más resistentes
No se trata de implementar las tecnologías digitales porque sí.
La Industria 5.0 requiere que los fabricantes sitúen a los seres humanos en el centro de todo, de modo que el hombre y la máquina se combinen a la perfección para alcanzar nuevas cotas de precisión y eficiencia.
De hecho, la Comisión Europea ha reconocido que la Industria 5.0 es parte integrante de las industrias y sociedades resistentes.
Pues ésta apoya la innovación, los trabajadores y los entornos.
También, con la industria 5.0, las operaciones eficientes comienzan con una visibilidad completa en tiempo real de toda la organización.
Los líderes necesitan tener una visión holística de la oficina, la planta de producción y red de proveedores y distribuidores.
Los servicios integrales en la nube y los dispositivos edge ayudan a conectar los datos de toda la organización.
Para que los líderes conozcan en tiempo real las fluctuaciones de la oferta y la demanda.
La disponibilidad de mano de obra, el mantenimiento de las máquinas y mucho más.
Esta información es la base para aumentar la rapidez y flexibilidad de la fabricación.
La inteligencia digital mejora la toma de decisiones
El siguiente paso es integrar el análisis de datos y la inteligencia en los procesos de fabricación.
La inteligencia artificial (IA) impulsa el análisis predictivo de miles de eventos para buscar señales anormales en los activos.
La inspección óptica automatizada con IA puede detectar defectos con mayor rapidez y precisión que la inspección manual.
El uso de la IA, el ML y la automatización ayuda a tomar decisiones informadas.
Las cuales optimizan las operaciones y ahorran tiempo y recursos.
Fuente: Factoría del futuro